El Viernes Santo, día en que la ciudad termina por asentarse y digerir plenamente la vorágine de la Semana Santa antes de su colofón, es un día marcado generalmente por la estabilidad a todos los niveles. Cofradías antiquísimas, variedad de estilos y registros y diferentes siglos concentrados en una tarde para degustar desde prácticamente primera hora, aún con la somnolencia de la Madrugada en el ánimo. Pero merece la pena el esfuerzo. 

Sin novedades en horarios, itinerarios y otra cuestiones de índole organizativa, puesto que todas las cofradías mantienen por lo general sus recorridos. En el plano patrimonial la principal novedad la encontramos en la calle Carlos Cañal, donde la cofradía de San Buenaventura estrena el primero de los avances del que es su gran proyecto de las últimas décadas: la reforma del paso de la Soledad. Este año los cofrades podrán ver, tal y como lo concibió su autor, la restauración del juego de guirnaldas rematando los respiraderos.

Los hermanos aprobaron en septiembre esta ambiciosa iniciativa motivada por tres problemáticas esenciales: en primer lugar, la escasa altura del cancel y la puerta de la Iglesia del Convento de San Buenaventura; de otra, las dimensiones que en general tiene el paso procesional, unido al volumen y elevada altura de su canastilla y candelabros de guardabrisas.

De esta forma, la imagen titular -una de las más altas de la Semana Santa- se contempla algo “enterrada” en el paso, al no poder disponer de mayor altura en el monte, dando un efecto disonante y de excesivo tamaño visto de costero para el misterio o escena que se representa. 

Entre otras cuestiones patrimoniales, la hermandad de Montserrat lucirá como cada año un nuevo paño para la Mujer Verónica, que en esta ocasión ha sido pintado por el taller Daroal. Asimismo, el cortejo se renovará con un nuevo juego de ciriales realizados por Hermanos Ramos. 

Nuevos ciriales para Montserrat

La gran novedad musical de la jornada nos viene desde la calle Castilla. Tras la mágica experiencia del Santo Entierro Grande, la hermandad del Cachorro decidió cambiar el estilo musical del crucificado no renovando el contrato con la Presentación al pueblo de Dos Hermanas tras treinta años de vinculación.

De este modo, la Banda Municipal de La Puebla del Río -que se marcha de los Dolores de su localidad- repite y se afianza como acompañamiento musical del crucificado de Ruiz Gijón, tras el que se interpretarán marchas de corte clásico y serio, similar al pasado 2023. La formación ha incorporado a su repertorio marchas como Cristo de la Expiración, de Beigbeder, o Subida al Calvario, con objeto de depurar su cruceta de cara al Viernes Santo.